A.- Sendas
públicas para peatones.
La pavimentación se realizará de forma
uniforme, continua en toda su longitud y sin desnivel, con diseño tal que
permita el acceso excepcional de vehículos, bien exclusivamente a los residentes,
o a los servicios de urgencia en cada caso.
Su pendiente transversal no será superior al
2% con una pendiente longitudinal menor del 8%. Cuando sobrepase este último
valor, deberá existir un itinerario alternativo que suprima estas barreras arquitectónicas,
para el normal uso por personas de movilidad reducida.
En todo caso la solución constructiva
adoptada deberá garantizar un desagüe adecuado, por caceras de riego central o
laterales, en este caso separadas un mínimo de 0,5 m. de las alineaciones
oficiales, fachadas o cerramientos. Estas caceras contarán con disposición
adecuada de sumideros, con desagüe conectado a la red de saneamiento o, en su
caso, de pluviales. La disposición de caceras determinará las pendientes
transversales a adoptar, con valores comprendidos entre el 1% y el 2%.
Los sumideros se colocarán en todos los
puntos bajos, según el perfil longitudinal de la calle, así como en todos los
cruces de calles y, en todo caso, a distancia máxima, en longitudinal, de 35 m.
Se recomienda la solución de sumideros de doble cámara y, en todo caso, el
fondo estará situado, como mínimo, 20 cm. por debajo de la rasante del tubo de
salida.
Los materiales a utilizar pueden ser
variados, debiendo en cualquier caso reunir las siguientes características:
- Calidad
de aspecto e integración ambiental.
- Adecuación
a la exposición y al soleamiento intenso del verano.
- Reducido
coste de mantenimiento.
- Coloración
clara.
Podrán utilizarse pavimentos de hormigón
regleado o estampado, baldosa hidráulica, empedrados o elementos prefabricados.
Se diversificarán los materiales de
pavimentación de acuerdo con su función y categoría, circulación de personal,
lugares de estancia, cruces de peatones, etc.
Como complemento a los anteriores y combinándolos con las
soluciones que se adopten, podrán disponerse zonas restringidas para vegetación
en la red de espacios libres con la finalidad de ornato o complemento a la red
viaria, ejecutándose con ladrillo cerámico macizo en su color natural (rojo y
uniforme), cantos rodados de tamaño mayor de 40mm. o adoquines de piedra
natural.
El tránsito entre sendas y las calles con
tipo de nivel de restricción, se señalizará adecuadamente por el cambio de
coloración de los materiales de pavimentación, realizándose de forma suave por
la interposición de bordillos saltables, rebajando el desnivel entre rasantes a
1 cm.
La solución constructiva elegida debe dar
como resultado un suelo antideslizante.
B.- Calles de coexistencia.
Se trata al mismo nivel el área de movimiento
del vehículo y área de movimiento del peatón, con inclusión del bordillo
saltable. Se utilizarán los mismos materiales para la pavimentación señalados
en el apartado anterior.
Se podrán diferenciar las zonas peatonales de
las destinadas a tráfico rodado mediante la utilización de distintos materiales
para cada zona.
Los materiales utilizados para pavimentación
se dispondrán en soluciones constructivas que permitan una adherencia adecuada
y la correcta evacuación de grasas, aceites y residuos líquidos y semisólidos.
Respecto de la evacuación de aguas pluviales, se adoptarán soluciones similares
a las descritas en A, con las mismas determinaciones respecto a los sumideros.
C. Calles
con separación de tránsito.
Las aceras tendrán el ancho mínimo y
características señalado para cada tipo de sección, con separación de la
calzada mediante la interposición de bordillo. La acera tendrá pendiente
transversal única, entre el 1% y el 2%, hacia la calzada; la calzada tendrá
bombeo hacia ambas aceras, con pendiente transversal entre el 2% y el 3%.
El desnivel entre calzada y acera no será
mayor de 0,17 m., salvo en el caso de bordillos rebajados para vados, pasos de
peatones, etc., que estará entre 1 y 2 cm.
El pavimento de las aceras
será antideslizante, con un ancho mínimo recomendable de 1,00 m., incluido el
ancho de bordillo. Para calles de escasa anchura podrá optarse por tratarlas
como en B o bien disminuir los anchos de acera hasta adosar los bordillos a
alineaciones oficiales, fachadas o cerramientos. En todos los casos será
prioritario el conseguir anchos de calzada lo más uniformes posibles.
En aquellos puntos de
previsible invasión de los vehículos del espacio dominado por el peatón, se
incorporarán bolardos.
La pavimentación de calzada se hará teniendo en cuenta las condiciones del soporte, las del tránsito que discurrirá sobre él, en función de los distintos tipos de calles, en cuanto a intensidad media diaria de vehículos pesados, y el carácter estético o pintoresco de cada itinerario.
En su pavimentación se tendrá en cuenta el
tratamiento y características de las aceras, pasos de peatones y vegetación a
implantar, pudiendo diversificar los materiales de acuerdo con su función y
categoría, eligiendo:
- Para aceras: Piedra natural, piezas cerámicas
en tonos naturales, hormigón ruleteado o estampado, baldosa hidráulica, etc.
- Para calzadas: Aglomerado asfáltico sobre bases granulares adecuadas, pavimento de enlosados naturales o artificiales, hormigón reglado, adoquines, etc., de forma que haga compatible su función de soporte de tránsito con la necesaria estética de la red viaria en su conjunto.
Las tapas de arquetas, registro, etc., se dispondrán teniendo
en cuenta las juntas de los elementos del pavimento, nivelándolo con su plano.
Los sumideros se colocarán en la calzada,
junto al borde de las aceras, con las demás determinaciones expuestas en A.
Si es posible, se considera recomendable la
incorporación del agua de escorrentía al riego de alcorques, áreas terrizas o
cursos de agua próximos, bien a través de repartos en la longitud de la red o
por recogidas en los puntos bajos de la red viaria.
Los materiales y elementos a incorporar en la red viaria, tendrán en cuenta las necesidades de los usuarios con movilidad reducida y con deficiencias sensoriales.